31 mar 2009

El mundo se ha vuelto loco.
Y a mí nadie me ha avisado.

16 mar 2009



Niño israelí: Mi padre me dijo que vosotros, los árabes, sois unos animales terroristas malignos.
Niño palestino: ¡Mi padre no me dijo nada! Fue asesinado por el tuyo...

11 mar 2009

Del 11-M

Hoy hace 5 años de aquel fatídico 11-M. Cinco años ya. Hasta hace un rato ni me había dado cuenta... El tiempo pasa tan deprisa, que parece que aquello sucedió hace una eternidad. Pero no hace tanto tiempo. ¡Ni mucho menos! No creo que nadie haya olvidado lo que estaba haciendo ese día...
Yo lo recuerdo perfectamente. Recuerdo que esa mañana, cuando bajaba las escaleras del Intercambiador de Moncloa hacia el metro, iba pensando en el colegio, en que mi tutor le había dicho a mi madre que, de seguir así, tendría que repetir curso... Precisamente, a primera hora tenía clase con mi tutor. Recuerdo que miré mi móvil, y tenía un mensaje de mi madre, preguntándome que si había llegado bien a clase. Contesté lo más disimuladamente posible que sí, que por qué lo preguntaba. Y me contestó a los pocos minutos que había habido un atentado en Atocha. Recuerdo estar medio adormilada, y sin prestar atención a clase, hasta que mi profesor dijo algo de unos atentados que habían pasado esa misma mañana, unas bombas. Evidentemente, en ese momento lo primero que pensé es que había sido ETA. Poco más supimos hasta la hora del recreo. Mi madre, tras muchos intentos, consiguió llamarme al móvil, y me contó un poco lo que había pasado, lo que se sabía en ese momento. No demasiado, debido a la confusión de esas primeras horas. Me dijo que cerca de donde estábamos, había un puesto de Cruz Roja para donar sangre, aunque había colas en todos. A los pocos días, se agradecía la rápida respuesta de los madrileños. Los servicios de donación de sangre no daban a basto, cubrieron el cupo con creces y ni siquiera dejaban donar más. A mediodía, como no tenía clase por la tarde, me volví andando a casa con una amiga. Me llamaron y me escribieron mensajes varios amigos de otras ciudades. Pero todavía no sabía el alcance del atentado.
Cuando llegué a casa, puse el telenoticias. Estaban emitiendo imágenes. Recuerdo que se me encogió el corazón. Recuerdo perfectamente las imágenes de los cuerpos, cubiertos con mantas térmicas, al lado de las vías. Recuerdo las imágenes de los vagones, destrozados. Después, se fueron dando datos... número provisional de víctimas, los lugares en los que explotaron las bombas...
Al día siguiente, en el colegio, salimos al patio, a guardar un minuto de silencio. El cielo amenazaba lluvia. Una niña lloraba unas pocas personas por delante de donde estaba yo. Por la tarde, fuimos a la manifestación. Llevaba lloviendo un rato.
Con el paso del tiempo, he visto imágenes de la manifestación, imágenes de las cámaras de seguridad de la estación... La lista de víctimas del atentado... Recuerdo también las imágenes de Atocha, llena de velas, de cartas, de notas. Llena de tristeza. Y todavía, no puedo evitarlo, me da un escalofrío cada vez que lo recuerdo. Todavía, cuando veo esas imágenes, me cuesta contener la rabia y las lágrimas. Y a veces, no puedo evitar pensar que, si en vez de en 2004 hubiese sido en 2006, mis amigos y yo habríamos estado a esa hora en Atocha. Algunos incluso en un tren que cubre esa misma línea. A veces, cuando iba o volvía de la universidad, no podía evitar recordar, aquellas imágenes de los cuerpos en las vías.
Debido a las bombas de aquel 11 de marzo, murieron cerca de 200 personas. 200 familias que perdieron a alguien. Miles de personas que quedaron marcadas para siempre. Millones de personas no olvidaremos que aquel 11 de marzo, murió una parte de todos nosotros en aquellos trenes.

8 mar 2009

de paredes...

Si las paredes hablaran...
o las bombillas...
o cualquier otro objeto inerte...
contarían todas esas cosas que hacemos cuando creemos que nadie nos ve...
como meternos en el bolso vasos de las discotecas...
contarían las fiestas que nos pegamos...
como la fiesta de ayer...
contarían los momentos de exaltación y locura colectiva...
como cuando ponen "la canción" y todos nos ponemos a saltar y a cantar...
contarían todo tipo de cotilleos...
contarían todo lo que escuchan...
contarían todo lo que ven...
contarían incluso lo que notan...
contarían secretos que ya sabemos...
y secretos que no sabemos...
y confesiones entre copas...

Pero, por suerte o por desgracia...
los objetos no hablan.

4 mar 2009

Hay un que no me gusta...
Y es el que se va. El que se despide de mí, y se mete en un autobús, o en un avión...
Es el que me obliga a sacar un yo cínico que simula que está bien, y que es lo que hay.
Es el que me obliga a parecer fuerte y a sonreir y mirar para delante.
Aunque no tenga ganas.