30 abr 2009

de preguntas y respuestas

Me preguntaste ayer que qué es lo que más echo de menos de cuando estamos juntos. Y la verdad es que no sé muy bien qué o cómo contestar a esa pregunta.
¿Cómo puedo saber lo que más echo de menos?
Si digo que lo que más echo de menos son tus abrazos, me dejo fuera tus besos.
Si digo que echo de menos tus besos, me dejo fuera tus caricias.
Si digo que echo de menos tus caricias, me dejo fuera la forma en que me miras.
He estado dándole vueltas... Para averiguar qué es lo que más echo de menos y por qué. Y sigo sin encontrar una respuesta real, honesta y convincente.
Y es que es eso... cuando no estamos juntos, echo de menos tus abrazos. Echo de menos que me mimes y echo de menos mimarte y jugar con tu pelo. Cuando no estamos juntos, echo de menos la forma en que me miras... y la forma en que te miro. Echo de menos la forma en que siempre estás pendiente de mi. Y que me dejas dormir más de lo que debería. Echo de menos que me des besos. Y echo de menos que pongas morritos cuando te digo alguna tontería y haces que te enfadas. Y la forma en que haces que no vas a darme un beso...
Creo que, en resumen, lo que más echo de menos de cuando estamos juntos es estar juntos. Con todo lo que eso conlleva.

29 abr 2009

del coste de oportunidad

En economía, el coste de oportunidad o coste alternativo designa el coste de la inversión de los recursos disponibles, en una oportunidad económica, a costa de las inversiones alternativas disponibles, o también el valor de la mejor opción no realizada. El término fue acuñado por Friedrich von Wieser en su Theorie der gesellschaftlichen Wirtschaft (Teoría de la Economía Social -1914-).

Se refiere a aquello de lo que un agente se priva o renuncia cuando hace una elección o toma de una decisión

(Fuente: Wikipedia)

Se dice que No se puede tener todo en esta vida. Y está claro que no. Aunque depende del concepto que tengamos de todo. Digamos que ese todo puede tener diferentes valores. Me refiero:

evidentemente, si nos preguntan cómo es nuestra vida ideal, la mayoría nos vamos a imaginar una vida medianamente lujosa... un buen coche, un buen trabajo, un buen sueldo, mucho tiempo libre, una casa grande y bonita, una pareja que nos quiera... Lo típico, algo así como el American Dream; una vida fácil, sin demasiados problemas. Parece algo medianamente lógico que tu ideal sea lo más parecido a la perfección.

Pero como la perfección también es algo subjetivo, nos encontramos con que para alguna persona, tenerlo todo puede ser simplemente tener un cochecito, un trabajo que le permita llegar a fin de mes, suficiente tiempo libre, una casa cómoda y coqueta y una pareja con la que estar a gusto.

El problema es que ese American Dream que nos han venido no viene en plan completo para la mayoría de las personas. Y aquí viene parte del coste de oportunidad. Para tener un buen sueldo tienes que renunciar a tener mucho tiempo libre. Para tener una buena casa, al buen coche... y etcétera.

Cuando se trata de relaciones personales... el coste de oportunidad muchas veces está presente, de un modo u otro. Pero hay gente que no se da cuenta de eso. Y es que tienes que renunciar a ciertas cosas en favor de otras. A veces, tienes que renunciar a estudiar por estar con un amigo que se encuentra mal. A veces tienes que renunciar a irte de fiesta en favor de estudiar.

Se trata, sencillamente, del coste de oportunidad. Y por desgracia, la mayor parte de las veces, para conseguir algo tenemos que renunciar a otra cosa. Lo difícil a veces está en saber a qué renunciar.

28 abr 2009

de masoquismo vital

Las personas somos masoquistas vitales por naturaleza. Eso esta claro.
Tenemos un ejemplo perfecto con los zapatos, que podemos leer aquí. Y me parece una metáfora perfecta. Hablo ahora en concreto de las mujeres, nos encantan, en general, los tacones... cuando todas sabemos que estaríamos mucho más cómodas con unas zapatillas deportivas.
Y a raíz del blog, he pensado. Para no olvidarme de qué es eso de pensar.
Las personas somos masoquistas vitales por naturaleza. Y punto.

22 abr 2009

De sinceridad

Lo de la sinceridad, hoy en día, hay que dejarlo entre comillas. La mayoría de las personas afirman que es lo que más valoran y que quieren que no se les mienta. Pero en realidad, lo que la gente suele querer escuchar es lo que les apetece oír.
Por otra parte, hay que distinguir las personas sinceras de las personas bocazas. Una persona bocazas es la que diría que "no se calla nada, aunque duela". Y eso, muchas veces, es falta de educación. Hay que ser sinceros, sí... pero también hay que saber callarse a tiempo. Una cosa es ser sincero y otra muy diferente es herir los sentimientos. Hay que tener un poco de tacto. Del mismo modo, no hay que confundir la educación con la falsedad, ojo. Por ejemplo, saludar a una persona que no te cae bien no es falsedad, no quiere decir que esa persona sea tu amigo ni nada por el estilo.
Parece que, al fin y al cabo, no está tan de más eso de ser políticamente correcto.

17 abr 2009

Del lado oscuro

Y es que hay cosas que empiezan a parecer una broma.
Y junto al lado oscuro yo me siento incómoda.
Y no hay que confundir falsedad y educación.
Ojo, que son términos muy distintos.
Al menos, yo, no le retiro el saludo a nadie.

16 abr 2009

De tardes y cenas

Tardes aburridas que se convierten en cenas medio improvisadas
y coloquios sobre las más diversas tonterías
a veces son las que hacen que vuelvas a la vida.
Y hagas parrilla con una araña.
Y pases notas por debajo de la puerta.
Y cuelgues carteles en otras.
Pero, sobre todo, que te rias hasta que te duela el estómago.

7 abr 2009

Cinco, five, fünf, vijf, quinque, zinco, cincu, cinc, cinq, cinque, cinci, πέντε, pět, pięć, пять, panch, panj, cúig, còig, ٥, خَمْسة, חמש, 五, ๕, viisi, öt, beş, `elima, hisgi, `ashdla`, pichqa, 다섯o오, bost, mak, kvin...



Y un solo significado.


sevenen