Pero cuando tu objetivo principal es aprender un idioma, en mi caso, alemán... vivir sola tiene una pequeña -gran- desventaja. No convivo con nadie, así que no hablo en casa con nadie. Por otra parte, la residencia está un poco alejada de donde, fundamentalmente, se hace vida, lo que implica paseos por el bosque por la noche para volver a casa... y ahora el tiempo no acompaña precisamente.
La opción: mudarme en cuanto pueda a la residencia donde está prácticamente todo el mundo, en la que se me asegura que voy a compartir piso con, al menos, otras dos personas y de habla no hispana. Una residencia que está cerca de la universidad y del centro comercial. Y también una residencia mucho más descuidada y en la que, para bien y para mal, se hacen todas las fiestas.
La convivencia no tiene porque ser fácil... pero de ese modo, me obligaré a interactuar en alemán con otras personas... y también a vivir otra parte de la experiencia Erasmus, que es conocer a gente de muchas culturas diferentes... cosa que me estoy perdiendo en gran parte.
Todo el mundo me anima a hacer el cambio, y varios se han prestado a ayudarme con la mudanza.
En resumen...
Pros de cambiarme:
-hablar alemán
-cercanía con todo y todos
-conocer gente
Contras
-convivencia (y todo lo que implica)
-mudarme y volver a hacer "hogar"
-la residencia no me entusiasma
Pros de cambiarme:
-hablar alemán
-cercanía con todo y todos
-conocer gente
Contras
-convivencia (y todo lo que implica)
-mudarme y volver a hacer "hogar"
-la residencia no me entusiasma
¿Qué pesa más?
No hay comentarios:
Publicar un comentario